viernes, 17 de febrero de 2012

El auténtico derecho de pernada

Por una fuente u otra, todos hemos oído hablar alguna vez del tan cacareado derecho de pernada, esa potestad de "primae noctis" que facultaba al noble terrateniente de la zona para desflorar a toda doncella de baja estofa que se casase con uno de sus súbditos... pues bien, se trata tan sólo de una "patraña histórica". En la entrada de hoy vamos a tratar de desmitificar el aura que rodea a este derecho nobiliario dejando al descubierto la realidad que se esconde tras la costumbre.

El derecho de pernada
Es cierto que los nobles medievales gustaban de violar a muchachas de inferior condición; del mismo modo que es cierto que estas, ya fuera por vergüenza o por miedo a represalias, no solían denunciar el hecho (aunque de haberlo hecho, tampoco las habrían prestado demasiada atención). Lo que no es cierto es que estos abusos sexuales estuvieran amparados por una ley.
El derecho de pernada era un impuesto que el siervo debía pagar a su señor en el día de su boda. Según la región, el valor de este impuesto variaba pero, generalmente (de ahí su nombre), consistía en unpernil de cada res sacrificada para el enlace; es decir, ¿has sacrificado dos cerdos? al noble le tocan dos jamones. En otros países, el derecho de pernada se pagaba, directamente en dinero contante y sonante. 

Cogiendo polvo en la biblioteca nacional de Francia, se conserva un texto suizo que data del sigo XV y que especifica que el pago ascenderá a cinco chelines y cuatro peniques, una cantidad más que razonable para un campesino de la época.
Escena de abusos
En tierras españolas, los nobles abusaron de este derecho y lo utilizaron para, hablando en plata, follarse a todo lo que se movía en sus tierras... la cosa llegó hasta tales extremos que el rey Alfonso X tuvo que promulgar un edicto mediante el que condenaba a una multa de 500 sueldos y a la pérdida de sus títulos a todo aquel noble que osase tomar esta costumbre como ley para abusar de las doncellas que se casasen en sus dominios.
Ya rozando los albores del siglo XVI y sin salir de nuestras fronteras, Fernando el Católico abolió definitivamente la costumbre de abusar de las doncellas, que empezaba a amenazar con convertirse en una verdadera fuente de conflictos.

Las fuentes históricas hablan de distintos tipos de "pernada" en territorios de toda Europa occidental.... pero ni un solo documento histórico de relevancia define el derecho legal del señor a abusar sexualmente de sus siervas. Por el contrario, sólo encontramos vagas referencias a la "primae noctis" como costumbre nobiliaria sin respaldo legal y, si buscamos un poco más en profundidad, hallamos numerosos documentos en los que reyes, eclesiásticos y nobles de mayor enjundia desprecian este uso del derecho de pernada despojándolo de cualquier respaldo autoritario que pudiera tener.

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