miércoles, 19 de diciembre de 2012

La reina del átomo

El día 7 de noviembre de 1.867 nacía en Varsovia una de las mentes más brillantes que ha dado la historia de la humanidad. Su nombre era Marie Salomea Sklodowska y entre sus logros se cuenta, entre otras cosas, el de ser la primera persona que ha recibido dos premios Nobel en dos disciplinas distintas: física y química. Hoy vamos a tratar de conocer a esta extraordinaria mujer recorriendo su biografía, hoy vamos a hablar de Marie Curie.

Marie con 16 años
Como ya hemos dicho, Marie nacía en la Varsovia ocupada por el Imperio Ruso. Fue la menor de 5 hermanos (todos ellos fruto del matrimonio entre Wladislaw Skoldowki y Bronislawa Boguska) y mamó desde niña la importancia de las ciencias en la formación humana, pues su madre era maestra además de pianista y su padre impartía clases de física y matemáticas. Sabiendo esto, no es de extrañar que Marie pronto destacara en el colegio imponiéndose a unos compañeros a los que dejaba atrás incansablemente... lo que sí es un poco más raro es el hecho de que a los 4 años de edad ya supiera leer perfectamente y a los 15 se graduase dominando 4 idiomas.
Al igual que todos los jóvenes polacos de esa época, nuestra protagonista fue educada en la fe cristiana, pero la trágica muerte de su hermana Zofia (con la que se llevaba 5 años) a causa del tifus, le hizo replantearse sus ideas y la llevó a abandonar el seno de la Iglesia convirtiéndose en agnóstica.

En el año 1.891, cuando contaba con 24 años de edad, Marie abandona su tierra natal y se traslada a Francia con el objetivo de matricularse en la prestigiosa Facultad de Ciencias Matemáticas y Naturales de la universidad parisina de La Sorbona. Allí, nuestra protagonista se encuentra por fin en un entorno en el que se mueve como pez en el agua: ya no destaca entre sus compañeros; es más, ahora debe esforzarse por ponerse al nivel del resto de la clase. Aún con esto, en dos años Marie sobrepasa una vez más al resto de sus compañeros consiguiendo la licenciatura de física con la mejor nota de su promoción. Un año después, en 1.894, se gradúa también en matemáticas siendo la segunda de su promoción y, aún más importante, conoce al que sería su futuro marido, Pierre Curie, también físico y con el que se casa apenas un año después tomando el nombre de Marie Curie.
Tras un idílico verano de luna de miel, Pierre y Marie vuelven a París con un único objetivo en mente: Marie debe conseguir el doctorado, lo que sólo había sido alcanzado antes por una mujer. El descubrimiento de los rayos X en 1.895 y de la radiactividad natural el año siguiente da a nuestra protagonista el tema perfecto para su tesis.

Encerrados en un cobertizo, Pierre y  Marie empiezan a ahondar en el aún cenagoso terreno de la radioactividad natural, obteniendo pronto resultados al descubrir que el Torio era capaz de producir radioactividad y que la uraninita (mineral que constituye la mayor fuente de uranio) era más radioactiva que el uranio propiamente dicho.
Pierre Curie
A partir de este descubrimiento, Pierre y Marie empiezan a trabajar aún con más ahínco tratando de aislar los elementos que forman la uraninita, lo que consiguen un par de años después con el descubrimiento de un nuevo elemento al que Marie decide llamar Polonio en homenaje a su tierra natal y de otro al que otorgan el nombre de Radio debido a su alto índice de radioactividad. Durante todo ese tiempo, los síntomas de la exposición a la radiación empiezan a mostrarse en los cuerpos del matrimonio: Pierre empieza a padecer una fatiga crónica que le obliga, en ocasiones, a guardar cama y, además, las llagas y quemaduras producidas por la manipulación de elementos radiactivos hacen acto de presencia dolorosamente… pero los científicos aún no eran conscientes de los peligros derivados de la interacción con elementos como el uranio y no le dan importancia a los signos físicos.
Finalmente, en 1.902 y tras manipular 8 toneladas de uraninita, Marie consigue extraer un gramo de cloruro de radio que presentará como tesis doctoral ante los científicos de La Sorbona y que le valdrá el doctorado cum laude.

La investigación llevada a cabo por el matrimonio Curie es recibida con gran entusiasmo en el círculo científico de todo el mundo. Pierre y Marie son invitados a un sinfín de actos y deciden poner sus descubrimientos a disposición de quien quiera consultarlos renunciando a cualquier patente. Un año después, los Curie son recompensados junto a Becquerel con el premio Nobel de física de 1.903, lo que reporta al matrimonio una sustanciosa cantidad de dinero para que puedan seguir con sus investigaciones. Pierre se afianza en su cátedra de física de la Sorbona y Marie sigue adelante con sus pesquisas en el inexplorado campo de la radioactividad… pero la calma no duraría demasiado tiempo: en 1.906 un carruaje atropella a Pierre Curie causándole la muerte.
Marie queda severamente afectada por la muerte de su marido, pero no solo no se deja morir sino que toma la cátedra que dejó vacante Pierre convirtiéndose en la primera mujer de la historia en dar clases en la universidad parisina. Aún con las horas que le ocupaba su nuevo cargo, Marie Curie sacaba tiempo para dedicárselo a sus investigaciones, que continuaron por buen camino durante cuatro años más hasta que nuestra protagonista consiguió aislar un gramo de radio puro mediante un sistema que puso en conocimiento de la comunidad científica renunciando, una vez más, a cualquier tipo de patente y gracias al que consiguió el premio Nobel de química de aquel año convirtiéndose así en la primera persona en obtener dos premios en dos categorías distintas.

Marie al recibir su primer Nobel
No pasaría mucho tiempo hasta que estallara la I Guerra Mundial, que asoló Europa desde 1.914 hasta 1.918 y en la que Marie participó activamente distribuyendo, operando y entrenando a otras personas para que usaran varios centros portátiles de rayos x que ayudaron enormemente a los cirujanos de campo en su trabajo cerca de las fronteras. En los albores de la radiografía, se estima que algo más de un millón de soldados se beneficiaron de las modernas técnicas llevadas hasta el campo de batalla por madame Curie.
Marie el 4 de julio de 1.934 en la clínica Sancellemoz de la Alta Saboya. Los años de exposición a la radiación la dejaron ciega y la aquejaron de una anemia aplásica (una enfermedad de la médula ósea) que se llevó su vida a los 66 años de edad. Aún así, Marie no dejó de ser pionera ni después de muerta: 61 años después de su muerte, los restos de nuestra protagonista fueron trasladados junto con los de su marido al Panteón de París, donde reposan desde entonces y donde se convirtió en la primera (y única) mujer en ser enterrada allí por méritos propios.

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